
El pasado viernes 31 de enero, la familia salesiana de Linares se congregó en una solemne Eucaristía para celebrar la fiesta de San Juan Bosco y conmemorar dos hitos históricos: los 120 años de la llegada del primer misionero salesiano a la ciudad y los 100 años de la fundación de la parroquia María Auxiliadora. La celebración, presidida por el cardenal Ricardo Ezzati, estuvo marcada por la emotividad, la gratitud y la esperanza.
En su homilía, Monseñor Ezzati destacó que estos 120 años son testimonio de sueños, compromiso y realización. “Somos hijos de un soñador que tenía sus ojos y corazón puestos en Dios y en los hermanos… Don Bosco fue un cristiano que supo soñar, pero con un fundamento: el sueño de Dios que nos quiere hermanos”, expresó. Además, invitó a la comunidad a mirar el futuro con esperanza, especialmente a los jóvenes, para que descubran las esperanzas que no engañan y construyan una vida llena de frutos.
La Eucaristía, concelebrada por los sacerdotes salesianos de Linares, contó con momentos significativos como la interpretación de la llegada del primer salesiano a la ciudad, la lectura del acta de erección de la parroquia y la presentación del primer libro de registro de bautismo. Además, se destacó el lema del Aguinaldo 2025: “Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”, que guiará el trabajo pastoral del próximo año.
A través de mensajes escritos, Monseñor Koljatic, obispo de Linares; el Padre Nelson Moreno, inspector provincial de los salesianos en Chile; y el alcalde Mario Meza, coincidieron en que la llegada del carisma de Don Bosco a la ciudad marcó un hito histórico para el desarrollo educativo, social y espiritual de Linares, especialmente en el sector oriente.